Cine en mayúsculas, una película que te pasa por encima, con una puesta en escena, unos acabos, un sonido, una música y unos planos que son arrolladores, impresionantes.
Si bien la película tiene más ritmo que la primera entrega y pasan muchas más cosas, éstas pasan con saltos de escenas falta algo de coherencia entre ellas como si hubiesen tenido que meter tijeras por no querer meter más duración y tener que recortar… y eso provoca que haya cosas que no terminen de engranar y parece que pasan sólo porque tienen que pasar.
Me ha gustado mucho el crecimiento del personaje principal y cómo el actor lo ha representado, aunque con un giro quizás demasiado injustificado en la parte final, que se entiende pero falta desarrollo o te obliga a poner un poco de tu parte.
Y siguiendo con los peronajes me parecen potentísimos muchos de ellos, mención especial al nuevo villano, a la madre y al propio protagonista.
Y si la película visualmente es brutal, a nivel sonoro es abrumadora con una potencia en los sonidos que apenas recuerdo en otras películas y una banda sonora (que si bien escuchada a parte no tiene entidad propia o que escuchas con algunos temas más potentes que otros pero que no deja especial poso más allá de temas concretos) que eleva la experiencia general de la película a otro nivel.
Pudiera haber sido una nota mucho más elevada, pero le doy un 90, ya que aún pareciendome mejor película (o con potencial de serlo) que su predecesora la primera está mejor cerrada, más mimada y esa narratividad trastabillada le lastra mucho.
Nota 90