¿Cómo algo tan «sencillo» puede tener tanta chichanga?
Tenemos nuestras losetas hexagonales con puntuación por tipo de casta, por ahí anda el mapa y las distintas minis de las castas que nos están esperando, y a funcionar.
La verdad es que el juego parece no tener nada, pero esconde mucho. Si bien tenemos cierto componente de azar a la hora de poder robar nuestras losetas, tiene un alto componente tático y sobre todo de adaptación e improvisación.
Mola por su simpleza, pero sobre todo mola porque al final estás echando un pulso contra todos los rivales y cada uno espera salir beneficiado. Nos podemos engorilar por una mini de casta en concreto y liarla parda en la partida.
Además tenemos que sumar las losetas especiales que nos permiten modificar el terreno a nuestro «antojo».
Todo esto hace que sea un juego totalmente imprescindible, por su sencillez, por su duración, por que escala muy bien y porque siempre apetece otra. Y además las dos ediciones que he podido probar son muy vistosas y queda tremendamente bien en mesa.
Además lo mejor es que el juego se explica en dos patadas y parte del montaje es el propio juego. Un epic win sin duda.
Nota: Sobresaliente